Nacida como capital de los brucios en la ladera de la colina Pancrazio, la ciudad vieja se encuentra a orillas del Crati y, entre sus callejuelas, nos cuenta su larga historia cargada de atmósferas medievales. El centro histórico, uno de los más bellos y antiguos, con edificios monumentales, palacios e iglesias y surcado por callejones estrechos y sinuosos, está adquiriendo una gran vitalidad en los últimos años.