Estos la hicieron su propia capital, dándole, en 356 a. C., el nombre de "Consentia". Consentia se presentaba, durante la máxima expansión de los brucios, como una ciudad fortificada y temida, capital de un vasto territorio que se expandía al norte hasta el interior de las actuales
Basilicata y
Apulia y, al sur, hasta el Aspromonte, controlando tanto la costa jónica como la tirrena centro-septentrional de la actual
Calabria y casi todas las ciudades de la Magna Grecia calabresa.