En los dos siglos siguientes, todo el Salento estuvo amenazado en varias ocasiones por las incursiones turcas y las invasiones sarracenas en el sur de
Italia, hasta el punto de que, bajo el reinado de Carlos V, se dotó a la ciudad de una nueva muralla y un castillo. Con Carlos V comenzó la época que convirtió a Lecce en una de las ciudades más importantes del barroco y experimentó un verdadero renacimiento de Salento.